Año 2018, pleno siglo XXI y un mes de mayo que de seguro quedará anotado en la memoria de quienes miran con admiración las máquinas que descargan columnas de gran peso y dimensión para ampliar una red que llevará a domicilios que nunca antes tuvieron luz eléctrica. Con estas letras que se leen palabras, bien podría alguien imaginar que la luz eléctrica está llegando a los confines del cordón de San Buenaventura en el límite de Antofagasta de la Sierra o tal vez alguien esté iniciando una red a Rio Grande por los caminos de cornisa que superan los elevados cerros de la alta montaña. Pero no, las máquinas, las columnas y la modernidad y el personal humano que trabaja están a tan sólo cuatro cuadras de la hoy en plena etapa de remodelación, plaza Fray Mamerto Esquiu de Fiambalá. Si, a cuatro cuadras de la plaza donde los años de bonanza parece que olvidaron que allí también vivía gente, vecinos, ciudadanos que con mucho sacrificio construyeron sus hogares y que con el paso de los años nunca lograron que la luz eléctrica les alumbre a pesar de los insistentes pedidos. Fueron quedando de lado, excluidos, relegados vaya a saber porque razón. Sus casitas a igual que otros terrenos o lotes nunca lograron valor, quedaron espacios sin progreso y sin nada.
Hoy se animan a contar sus historias y se advierte con total facilidad que no sólo no tienen luz, sino que el llamado giro obligatorio en pleno centro de Fiambalá tampoco tiene red de agua potable a igual que la calle Jorge Isaac del Pino a pesar de estar ‘casi’ pavimentada y desembocar sobre la margen Oeste de la hosteria municipal de Fiambalá, principal sitio de albergue turístico. Obsérvese la serie de datos en letras que fluyen sin necesidad de ser muy lúcidos para escribir. La Fiambalá que se decía ‘progresista’ oráculo del crecimiento fue dejando a cuatro cuadras de la plaza gente a oscuras y sin agua. Es decir excluidos del progreso en la ‘CAPITAL DE LA CORDILLERA. Este 7 de mayo los vecinos miraron por primera vez que están más cerca de ‘teclear’ una llave y la oscuridad se alumbre por luz artificial dando paso a un acto de justicia social. Diría, a cuatro cuadras de la plaza una reparación histórica se concreta.
Hoy la luz y mañana serán las zanjas para poner los caños y así llevar agua potable. Vital liquido que por primera vez mojará los tanques y caños de las casitas que los vecinos construyeron con esmero soñando que algún día el progreso llegaría, a pesar de vivir a cuatro cuadras de la plaza. El ‘pochoclero’ del pueblo también es vecino, también es argentino y por sobre todas las cosas fiambalense. Salud vecino ‘pochoclero’ en unos días su pulgar tocará una tecla y la luz le permitirá vivir mejor. Una señora candidata en tiempos preelectorales descubrió su padecimiento y comprometió lo que hoy ya está en marcha. Será coincidencia o justo la obra comenzó un siete de Mayo justo el día que naciera Eva Duarte de Perón. Roxana Paulón intendente, lo prometió y hoy está en marcha la luz para el ‘pochoclero’ celebro la acción y Dios cuide las buenas acciones a favor de los más humildes… Mayo 7 de 2018.